Ya conté en otro post que este
chal fue la idea de primer proyecto de calceta cuando todo esto comenzó pero, de
manera bastante acertada, decidí dejarlo para un segundo ataque con las agujas.
Y, finalmente, llegó la hora.
He disfrutado
muchísimo tejiendo este chal por dos razones: una, es la primera vez que sigo
un patrón, (en inglés, para más inri), y les he perdido el miedo totalmente; y
dos, ha sido una tarea súper entretenida que, además, avanzaba rápidamente con
tanto calado.
Como en
muchas otras ocasiones, sin saber por dónde empezar, me metí de lleno en Ravelry y, entre rarita,
exigente y novata que es una, no me valía cualquier patrón (además, perdí el
miedo a los patrones una vez empecé con este, pero según los veía en la web
sólo pensaba “Yo eso no sé ni cómo empezarlo”, “Este lo hago cuando lleve 10
años tejiendo”, “A ver si este lo estreno con mis nietos”, o directamente “ muy
bonito, pero ni de coña”).
Hasta que
di con uno que me atrapó al primer vistazo (eso es lo que doy yo a los
patrones, vistazos. Así me va, claro). Y, combinando esas lanas de alpaca
peruana geniales que me regalaron mis suegros, salió mi chal (por cierto, el grosor de esta lana lo desconozco, pero usé dos hilos combinados y agujas del 9).
El
patrón lo podéis descargar de aquí, o directamente de la página de Lachesis&Co.
Y ahora,
a seguir con el jaquard, y a esperar por la siguiente calcetoreunión (¿cuál
será el dulce? Ñam, ñam).
Marabilloso Cris, es unha artista!
ResponderEliminar